Nuestros soldados no eligieron esa guerra, fueron llevados o se presentaron para servir a su patria. Con lo poco que se les enseñó para ser soldados, estuvieron dispuestos a pelearla para defender la ley y la libertad de su patria. Algo que, los exguerrilleros y los que los apoyaban, difícilmente entenderán, acerca de la naturaleza de un soldado es "Su Intención", porque se prepara para servir en lo que su país le mande, sin embriagarse y cegarse con ideologías.
Si nuestro país hubiese sido socialista, según sus leyes, nuestros soldados también hubieran dado su vida por defender esa ideología, porque los guatemaltecos la habían adoptado como suya y plasmado de alguna manera en su constitución. Los soldados no luchaban por su propio capricho o ideología, sino por defender la libertad de elegir de los guatemaltecos.
Condenar a un soldado de genocidio, es condenarlos a todos. Los que entablaron semejante juicio están conscientes de eso y no les dió la más mínima vergüenza utilizar ese artilugio para manchar la memoria de los soldados que murieron por su patria Guatemalaa. Es una bofetada para miles de hogares guatemaltecos que un día lloraron a un muchacho que, por ser soldado, los izquierdistas, enfermos de odio y resentimiento, creyeron que los podían asesinar y luego torcer la historia para quedar ellos como víctimas, sin contar que fueron los promotores de una sangrienta guerra de la que no salieron bien librados aunque pelearon sucio, pero no contaban con que muchos soldados guatemaltecos, estarían dispuestos a dar su vida por la libertad que ahora gozamos, esa libertad que les permite hablar y la usan para destilar venenoso resentimiento contra aquellos que estorbaron su mezquino propósito.
Mi Ejercito lo constituyen guatemaltecos que respondieron al llamado de su patria, porque malos guatemaltecos, influenciados por enfermizas teorías de luchas de clases, querían imponer su retrógrada mentalidad, cargada de resentimiento y odio contra todos los que tenían más que ellos, para robar con la excusa de repartir a los pobres, pero quedándose con la mayor parte del botín que, no sólo les derretía de codicia, sino que, como fieras traicioneras, no les importaba asesinar a los soldados que eran parte de esos indígenas y pobres que sólo usaban de excusa.
El juicio por "GENOCIDIO" no tiene el más mínimo sentido común, no impresionan más que a la gente que no conoció los detalles de esta guerra sucia que ellos mismos provocaron y ahora levantan el dedo acusador, haciendo drama y confiados que los guatemaltecos no repararemos en su mezquina intención o sus dramáticos pero falsos testimonios. De todos modos, con lujo de inconsistencias, a pesar de haber identificado al asesino de Gerardi, lograron que condenaran a tres militares inocentes, tomando como pruebas las contradictorias narraciones de un indigente que, como muchos despesperados, por irse a Estados Unidos estaba dispuesto a señalar a su propia madre si eso le pedían, entonces, estos traidores asesinos de soldados, ya saben que pueden condenar a cualquier soldado con la excusa que se les antoje, pero ahora, sedientos de venganza contra aquellos que defendieron la libertad de Guatemala, usan esa misma libertad para cobrar su venganza.
Todavía encontramos gente, incauta o cómplice, que se atreve a comparar el juicio a nuestros soldados con el juicio a los genocidas de la Segunda Guerra Mundial, sin razonar un poquito que: A Hitler nunca se le acusó de incluir como mayoría de su ejército a los judíos, porque de haberlo hecho, en qué enferma cabeza cabe pensar que les podría dar la orden de explotar y asesinar a todos los judíos?. No, no razonan en ese detalle porque para ellos, los izquierdistas guatemaltecos y sus cómplices extranjeros, que promovieron la guerra sangrienta entre guatemaltecos, sólo les importa "hacer justicia", porque entienden como justo asesinar, o condenar, a los que se opongan a sus propósitos.